martes, 27 de noviembre de 2012

Robot que analizará la central nuclear de Fukushima




Una de las preguntas que mucha gente lanzaba al aire durante la crisis nuclear a consecuencia del terremoto de Japón de 2011 era… Pero, ¿dónde están los robots? Y es que acostumbrados a ver todo tipo de ingenios mecánicos realizar pequeñas proezas frente a las cámaras y en los laboratorios, se hacía un poco difícil entender que las labores de salvamento, exploración y desescombro de la peligrosa central nuclear Fukushima Daiichi estuvieran siendo realizados por personas y no por robots. Pero, como ya vimos, no apareció ningún robot salvador como en las películas.

Desde luego, los momentos de crisis no eran los mejores para ponerse a hacer experimentos con robots poco probados: había problemas más urgentes como el propio suministro eléctrico básico, que quedó aislado e inutilizado a las pocas horas de la llegada del tsunami. Problemas tan mundanos como enchufes con conectores incompatibles, cables demasiado cortos o mangueras que no encajaban fueron parte del desastre.

Pasado un tiempo, diversas empresas se pusieron en contacto con las autoridades para ofrecer sus servicios especialmente en todo lo relacionado con la exploración de las zonas más peligrosas y contaminadas de la central nuclear: cámaras especiales, pequeños robots de observación e incluso ingenios voladores para tomar fotografías.




Ahora la empresa Toshiba ha anunciado que ha completado el trabajo en un robot articulado diseñado especialmente para la investigación sobre el terreno en zonas de riesgo como la central de Fukushima.

El robot tiene forma de un gran cubo con cuatro extremidades como las de un perro – un tetrápodo en terminología técnica. Pesa 20 kilos y puede moverse «caminando» lentamente, a una velocidad punta de 1 kilómetro por hora. Gracias a esa peculiar configuración de las articulaciones puede desplazarse por terrenos que no sean llanos, entre escombros y pequeños obstáculos. También es capaz de subir escaleras.

El robot se dirige de forma remota y cuenta con un medidor de radiación y una cámara para tomar imágenes y asistir al operador. Una de sus capacidades más interesantes es que puede desplegar una segunda unidad robótica más pequeña, que se mueve con ruedas, para llegar a lugares más recónditos. La «unidad hija» depende de un cable con el que se puede recuperar desde el «robot padre» en cualquier momento.

La idea es enviar este robot a las zonas consideradas de riesgo de la central nuclear de Fukushima Daiichi para que tome fotografías, recoja muestras y analice los niveles de radiación y cualquier otro detalle importante para los ingenieros e investigadores. Zonas prohibidas que no serían seguras para un ser humano, pero en los que un robot no tiene ningún problema para pasar un rato.

Referencia: rtve


jueves, 22 de noviembre de 2012

Ya podeis pedir vuestro Q.bo





Este simpatico robot fue presentado ya hace tiempo pero ahora por fin puedes hacer tu reserva.
Podras elegir entre 2 modalidades:

● Q.bo Basic Platform - este solo sera la plataforma con los sensores y actuadores correspondientes pero sin su hardware de control. Ronda los 755€ y debes montarlo tu (a mi me encantaria).
● Q.bo Evo - este modelo es el mismo pero estara completamente ensamblado y su respectivo hardware de control, listo para poner a programarlo.

Dentro de la version evo, habra 2 modelos, el lite y el pro, las diferencia seran principalmente en mayor potencia de procesador (intel core i.3 para pro y atom para lite) y mejor hardware.

La version pro costara 3.800€ y la lite 2.800€.

Es importante decir que Q.bo no es un juguete, es una potente herramienta tanto educativa como de investigacion.

Para futuras reviews intentare definir mas la plataforma porque tiene buena pinta, ya que cuenta con camaras en stereo, wifi y algunas cosillas mas.

TheCorpora: http://thecorpora.com/newsletter/qbo_newsletter_25_10_2012.html


martes, 13 de noviembre de 2012

Dragonfly: Insecto robótico volador a 99 dólares




Aviones, helicópteros, y cuadricópteros a escala... hemos visto lo que pueden hacer, y tenemos una idea de lo que cuestan. Pero también existen proyectos que buscan imitar a la naturaleza mientras desafían el aire. Dragonfly comenzó como una idea respaldada por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, con el objetivo de desarrollar un insecto robótico volador inspirado en una libélula, que sea preciso y versátil. Dragonfly está prácticamente listo para llegar a las manos del público, y con una contribución de 99 dólares, puedes posar las garras sobre uno de los prototipos básicos.

Las razones para desarrollar esta clase de dispositivos son múltiples. Dar una ventaja a un escuadrón de soldados que necesita ver a la vuelta de una esquina sin arriesgarse, explorar una zona de emergencia cuyo acceso está bloqueado temporalmente, obtener fotografías y vídeos desde ángulos inusuales... seguridad, rescate, arte e investigación pueden cruzar sus caminos y estimular la creación de algunos proyectos impresionantes.

Uno de ellos fue bautizado Dragonfly, nacido en los pasillos del reconocido instituto Georgia Tech. El Dragonfly llegó a su estado actual gracias a una importante inversión de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, que ascendió a un millón de dólares.

Sin embargo, el robot Dragonfly está listo para ser lanzado al público, o mejor dicho, “casi” listo. Una de las características más importantes del Dragonfly es su modularidad. El usuario tiene la posibilidad de adaptarlo de acuerdo a sus necesidades: Según el modelo (cuatro en total), el Dragonfly puede tener WiFi, GPS, acelerómetro, y hasta veinte sensores ambientales integrados. Si por alguna razón eso parece poco, el Dragonfly también cuenta con su propio SDK, lo que habilita un potencial de programación muy importante. Patrullaje autónomo y creación de mapas internos son otras de las funciones que se han mencionado. Y por supuesto, el Dragonfly lo tiene todo para convertirse en una sólida pieza de entretenimiento.

El robot volador fue presentado a través del portal de “crowdfunding” IndieGoGo, y quien desee a uno de los modelos básicos podrá obtenerlo con un “compromiso” de 99 dólares. El modelo Omega de 399 dólares ya está completamente agotado, y la única forma de acceder a él es abonar cien dólares más. Otra opción que también se ha agotado es la de adquirir “colmenas” de unidades Dragonfly a 799 dólares, aunque con 150 dólares más es posible acceder a ocho unidades básicas, u otras combinaciones de los modelos superiores. La presentación en IndieGoGo es una excelente oportunidad para obtener un Dragonfly con descuento, ya que la versión Omega tendrá un precio final de mercado cercano a los 1.500 dólares.
¿Te interesa una libélula robótica? En ese caso, ya sabes dónde buscarla.

Referencia: abc.es

lunes, 5 de noviembre de 2012

Un robot te hace una ensalada y después limpia la mesa




Cocinar es una de esas actividades que, salvo algunas excepciones, nos gustaría poder olvidar. Nos gusta comer, y comemos, pero cocinar es algo que sólo apasiona a unos pocos. Así que cuando descubrimos que hay robots que están siendo diseñados para que podamos ahorrarnos este esfuerzo lo único que podemos hacer es alegrarnos por las ideas que tienen los maestros de la robótica.

En el caso de hoy nos encontramos con el CIROS, un robot que nos ahorrará el esfuerzo que supondrá ir a un restaurante para comernos una ensalada de 10 euros. Este robot tiene la particularidad de estar creado para que se convierta en un experto cocinero. Para ello dispone de movimientos en ambos brazos y manos, permitiéndole cortar vegetales y llevar a cabo el aliño de la ensalada.

Lo mejor es que las habilidades del robot, de uso doméstico en su totalidad, no están limitadas a la preparación de comida.

Si ya hemos saciado nuestro estómago con una de sus ensaladas, podremos sacarle partido de muy distintas maneras. Por ejemplo, es capaz de poner y limpiar la mesa, así como proporcionar servicio de bebidas, lo que viene a ser una experiencia muy cercana a la que podemos tener cuando visitamos un restaurante.

El robot es un poco más alto de cinco pies y ha sido desarrollado por el Centro de Inteligencia Robótica de Corea del Sur, habiéndose convertido en los últimos días en uno de los robots más famosos de la red. Por ahora le hemos visto en acción con un vídeo que podéis ver siguiendo la fuente. Se trata, eso sí, de la tercera versión que se ha producido de la máquina, y es muy posible que todavía reciba otra versión. La primera edición del CIROS, la versión 1.0, se lanzó de forma pública en noviembre del ya lejano año 2005, tiempo desde el cual se ha seguido trabajando en su concepto.

Por supuesto, CIROS todavía tiene sus carencias. A día de hoy aún tenemos que comprar los ingredientes para cocinar y también debemos esperar un tiempo elevado para que nos prepare una ensalada, algo que nosotros haríamos mucho más rápido. Pero la idea es más que interesante, prometedora y llamativa.

Referencia: gizmos
Referencia: http://mashable.com/2012/10/31/salad-robot/

Crean un robot que reproduce los movimientos de una persona en otro lugar


El trabajo forma parte del proyecto europeo Beaming, dirigido por la Universidad de Barcelona (UB) desde la Facultad de Psicología y que lideran los profesores del instituto de investigación Icrea -que forma parte del centro de investigación Idibaps-, Mel Slater y la doctora María Victoria Sánchez-Vives.


Según ha explicado Mel Slater a Efe, el objetivo del proyecto es "transportar personas a otros sitios" y ha destacado que las aplicaciones más interesantes de esta investigación se producen cuando el robot interactúa con otras personas siguiendo los movimientos de alguien que está en otro lugar.


Sánchez-Vives, por su parte, ha indicado que este robot se puede utilizar en situaciones muy diversas, tales como consultas médicas a distancia, envío de periodistas a conflictos bélicos u operar en centrales nucleares.


El proyecto lleva tres años desarrollándose en la Facultad de Psicología de la UB, en Barcelona, y los investigadores esperan que en un futuro próximo se pueda empezar a utilizar para diferentes tipos de aplicaciones prácticas.

Referencia:larazon.com



El primer robot de ajedrez era español y cumple cien años




Hace un siglo no había ordenadores, menos aún una tableta. Tampoco se sabía lo que era un chip o la memoria RAM, pero Leonardo Torres Quevedo, ingeniero de caminos y matemático español, creó la primera máquina capaz de dar jaque mate a cualquier humano que le pusieran enfrente. Antes, solo había logrado una proeza semejante El Turco, un autómata exhibido por Europa y Estados Unidos que llegó a derrotar a Napoleón. La diferencia entre el genio y el tramposo es que la máquina pensante construida por Wolfgang von Kempelen en 1769 escondía en su interior a un enano que jugaba como un gigante. Lo mismo puede decirse del Ajeeb, otro muñeco de barraca de feria, obra de un ebanista estadounidense, en cuyo interior se escondieron maestros de la talla del estadounidense Pillsbury, uno de los mejores de su época. (Este artículo fue publicado en el ABC de papel el pasado jueves, 1 de noviembre).

El Ajedrecista de Torres Quevedo era un ingenio asombroso capaz de realizar sobre el tablero los movimientos «pensados», primero gracias a unos brazos mecánicos y más tarde, en una versión 2.0, por medio de imanes. Es curioso, porque ahora nos llamaría más la atención la primera solución. La máquina no era capaz de jugar una partida completa, pero sabía dar jaque mate con rey y torre contra rey, un final que cualquier aficionado debería aprender a dominar, si bien constituía toda una proeza en manos de un organismo inerte.


El padre de Deep Blue

Por supuesto, aquel embrión de Deep Blue tenía carencias. El mate que ejecutaba de forma infalible no siempre conducía a la muerte del monarca contrario por el camino más corto o elegante. Lo que importa es que puede presumir de ser el primer robot de ajedrez de la historia. Hoy abundan los programas informáticos que por apenas 40 euros son capaces de derrotar a un gran maestro en un ordenador corriente. No hace falta recurrir a gigantescas computadoras como Deep Blue, que hace 15 años acabó con el reinado humano al vencer a Garry Kasparov, entonces campeón del mundo. El monstruo de IBM era capaz de calcular millones de posiciones por segundo. El Ajedrecista de Torres Quevedo, más modesto, se contentaba con elegir un movimiento y trasladarlo al tablero.




Pero la carrera de Leonardo Torres Quevedo va mucho más allá de su máquina de ajedrez. Fue la segunda persona capaz de demostrar el control remoto inalámbrico, solo superado por el célebre inventor austrohúngaro Nikola Tesla. También construyó aeronaves que llegaron a ser utilizadas por franceses y británicos durante la Primera Guerra Mundial -su mayor aportación fue mejorar la seguridad de los dirigibles- y sus diseños de teleféricos, el primero de los cuales instaló en su pueblo natal, fueron empleados en todo el mundo. Probablemente el más famoso sea el «Transbordador aéreo español del Niágara», de casi 600 metros de longitud, que un siglo después sigue siendo una atracción turística en las fronterizas cataratas. Asimismo, fabricó un ingenioso antecedente de los punteros láser.

Sus mayores logros, sin embargo, se produjeron en el campo de la automatización. Sus robots, como El Ajedrecista, llamaron la atención en todo el mundo y fueron admirados en las principales sociedades científicas. Todavía en el siglo XIX, Torres Quevedo construyó varios dispositivos mecánicos que resolvían ecuaciones algebraicas. En 1920 creó su aritmómetro electromecánico, una especie de calculadora unida a una máquina de escribir. El «usuario» -mucho antes de que se empleara el término- introducía la fórmula deseada, como 37x52, por ejemplo, y la máquina escribía directamente la respuesta, 1.924, con tinta de la de verdad, nada electrónica. En la Academia de Ciencias de París presentó el Telekino, un robot que obedecía órdenes a distancia, transmitidas mediante ondas hertzianas.

Referencia: abc

 

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